Ah, la teoría de la relatividad. Qué teoría tan sencilla, con un nombre tan transparente y esclarecedor. Es tan fácil exponer en pocas palabras su contenido, que no me resisto a ello:
Todo es relativo.
Y es que, otras teorías guardan sus secretos tras nombres rimbombantes y opacos, como Óptica o Termodinámica (¡si es que hace falta saber griego y todo para entender de qué coj… van!). Pero la relatividad no. Te lo dice bien clarito.
Todo es relativo.
Si has escuchado un golpe mientras leías lo anterior, te diría que ha sido la cabeza de Einstein que se está revolviendo en su tumba. Pero no puedo decirte eso porque Einstein no está enterrado, así que ya me entiendes.
Lo que sí puedo decirte es que la teoría de la relatividad no va de que ‘todo es relativo’. Hoy veremos por qué el nombre de ‘Teoría de la relatividad’ se lleva el premio a peor nombre para una teoría física y, de paso, cómo fue que llegó a tener este nombre.