Tras un arduo día de trabajo, coges tu coche para volver a casa. Tienes que salir a carretera, y tras diez minutos conduciendo sin pensar demasiado, escuchas una sirena y ves que detrás tienes a un coche de la policía haciéndote señas para que te detengas a un lado.
Cuando el policía se acerca, bajas el cristal de la ventanilla, y preguntas tímidamente:
– ¿Ocurre algo, agente?
– Iba a cien kilómetros por hora en una carretera de noventa, señor.
Tú, que te saltaste las clases de física de bachillerato, respondes poniendo tu mejor cara de inocente:
– Agente, ¿cómo puede saber que iba a cien kilómetros por hora si solo he conducido durante diez minutos?
Esta pregunta hoy en día puede parecer una tontería, pues estamos muy acostumbrados a que el coche nos dice la velocidad a la que vamos en cada momento. Pero no es una cuestión trivial. Si fueras el agente, ¿cómo responderías?